Adaptación libre del relato original de Samna Rodríguez
Bertín tenía ya cerca de 3 años trabajando como trailero para una empresa que cubría rutas nacionales. Aquella noche debía llevar el cargamento de su trailer hasta un lugar cercano a la ciudad de México.
En la oscuridad de la noche, escuchar música en la radio, los mensajes de los locutores, así como las llamadas que entraban al aire por parte de los radioescuchas le representaban su única compañía en aquellas largas jornadas nocturnas de carretera en ese preciso momento Bertín tomó una curva demasiado cerrada, misma que pasó con precaución y sin mayores incidentes, a la distancia en la penumbra de la noche, vio junto al asfalto de la carretera un grupo de personas que supuso sería una familia, lo imaginó porque las siluetas delataban niños y adultos, al ir acercándose con sus luces pudo ver que en efecto, se trataba de una familia completa: una pareja de adultos y 4 menores. Al pasar junto a ellos en el tráiler le llamó su atención el verlos muy bien vestidos.
A su vez toda la familia le hizo señales para que se detuviera, sin embargo debido a la velocidad que llevaba le fue imposible frenar de inmediato, por lo que se detuvo unos metros más adelante, hasta ahí lo alcanzó el hombre quien le pidió los llevase al siguiente pueblo, ya que su camioneta se había caído por el barranco y necesitaban una grúa para sacar el mueble y llegar a su camino.
Bertín le dijo que no iban a caber todos, pues llevaba en la cabina varias cajas con algunos artículos; sin embargo le dijo que podía llevarlo a él para que buscara ayuda y volviera por la familia, sin embargo el hombre respondió que no los quería dejar solos, lo que entendió perfectamente ya que él tampoco dejaría a su familia sola en mitad de la carretera y menos a media madrugada.
Aquel hombre le dijo que mejor le hiciera el favor de pedir ayuda en el pueblo para que los fueran a rescatar, Bertín se comprometió con ello y continuó su viaje. Al seguir su camino y pasar la curva, notó que la radio presentaba alguna interferencias, sonidos extraños se escuchaban, asumió que aquello debía tratarse a cuestiones propias de la carretera y la cobertura de la radio, ese camino para él era nuevo, debido a que nunca había llevado viajes a esa ciudad.
Casi a las 2 de la mañana llegó a un restaurante de carretera, donde antes de ordenar cualquier cosa le dijo a la mesera que pasando la curva del kilómetro 88 había una familia que había tenido un accidente, que dónde podía pedir ayuda para ellos.
La mujer que atendía el lugar le dijo que esa familia había muerto ahí hacía muchísimos años, que todos ellos iban a un boda en el pueblo, sin embargo su camioneta se había volcado en la curva de la bruja; Bertín la miró con incredulidad y le insistió que lo que él decía era sobre una familia de verdad, que no podían ser fantasmas. Que eran unas personas muy elegantes, el padre, la madre y 4 hijos pequeños.
Añadió que tal vez esta familia había sufrido un accidente en el mismo lugar, pero que estas personas de las que él hablaba eran de carne y hueso.
Otro trailer que se encontraba en una mesa a un lado le dijo con voz impositiva:
“Buenas noches compa… esa familia que usted dice siempre se aparece ahí en la curva de la bruja, mi papá también fue trailero; cuando niño yo lo acompañaba, cada vez que pasábamos por ahí los veíamos pidiendo ayuda, en aquella época había cruces ahí de ellos y de todos los que han muerto, pero con el paso del tiempo las cruces del camino se fueron cayendo y nadie las volvió a colocar; en otras ocasiones también vimos algo sobrenatural en el cielo…”
La encargada del restaurante sonrió tímidamente y comentó: “así es, por lo menos, usted solo vió a la familia fantasma, hay quienes antes de llegar al pueblo ven… hay quienes antes de llegar al pueblo ven volando sobre la carretera a una mujer, una bruja, muchos afirman ella les entrega al demonio el alma de todos aquellos que ahí mueren a causa de los accidentes que ella provoca”.
Bertín sin creer nada preguntó que si ahí habían muerto muchas personas porque solo se aparecía aquella familia. La mujer respondió diciendo que los miembros de esa familia eran personas muy creyentes y bondadosas, pero que como había muerto antes de la fecha en que debían hacerlo, se mantenían penando en el lugar, sin embargo su bondad los hacía alertar a las personas, mientras que otros que murieron fueron ofrendados por la bruja al maligno.
En su regreso Bertín apresuró su viaje para evitar volver a pasar por esa carretera de noche. Desde entonces cuenta a todos cómo fue su encuentro aquella vez con la familia fantasma.
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