El Trailero y los Poseídos Parte 2

Kuno lo miró y le dijo que lo que ahí había era algo más delicado de lo que todos pensaban, le dijo con un semblante demasiado serio:
«A mi hermano lo mataron el año pasado, la policía aseguró que formaba parte de la delincuencia organizada y que estaba en una casa de seguridad donde tenían a las personas que secuestraban, pero eso es mentira, era una hierberia, se dedicaba a eso junto a su pareja, quien era descendiente del brujo que salvó a su familia de lo que ocurrido en este pueblo; en esa época el gobierno dijo que aquellas muertes fueron por Sarampión, pero la realidad es que estaban poseídos, y como era el año de las olimpiadas, mandaron al ejército y mataron a todos para evitarse problemas, los animales también están poseídos, el sarampión no afecta a los animales, lo busque en muchos sitios de Internet y hasta le pregunté a una veterinaria, por ello quería venir a investigar, grabar y presentar todo en Youtube, así el mundo sabrá lo que pasó y limpiare el nombre y la memoria de mi hermano».
Óscar mirándolo con atención le dejó terminar y le dijo que todo eso era muy arriesgado, que meterse en cosas del gobierno era delicado, a lo que Kuno respondió que en su familia lo sabían mejor que nadie. Que su madre había muerto a lo pocos meses del asesinato de su hermano y que antes de morir le había jurado limpiar su nombre, al precio que fuera.
Avanzaron por espacio de media hora y Kuno se seguía sujetando el brazo con fuerza, de pronto comenzó a quejarse y a convulsionar, Óscar quien no sabía absolutamente nada de primeros auxilios o como actuar en una situación similar, solo pudo acelerar y llevar el tráiler a su máxima velocidad para llegar cuanto antes a un hospital donde pudieran ayudar al chico.
El tráiler iba a toda velocidad por aquella larga carretera, la cual para fortuna de Óscar carecía de curvas que lo obligaran a disminuir la velocidad; Kuno por su parte no dejaba de convulsionar, de pronto sus espasmos se detuvieron, Óscar pensó que tal vez esa crisis había pasado o que quizá ya había muerto, sin embargo eso no le hizo bajar la velocidad, sabía que tendría que llevarlo a un hospital y ello le haría perder tiempo para alcanzar la fecha que le habían señalado.
Transcurrieron poco más de 5 minutos, de pronto Kuno se incorporó, volviendo en sí, pero su cara ahora era muy distinta, sus ojos estaban completamente negros, su boca llena de sangre y su cuerpo se movía como si estuviera teniendo espasmos que le hicieran complicado el control de sus propios movimientos, el trailero se dió cuenta con horror lo que estaba sucediéndole al muchacho, comprendiendo que la mordedura del perro lo había infectado con aquella peste que existía en Tierra Colorada.
Kuno comenzó a emitir sonidos extraños, aullidos, de su boca brotaba sangre, esa sangre estaba mezclada con un líquido negro y viscoso, que además tenía un penetrante olor a azufre, de sus ojos, también salía aquella sustancia, al tiempo que en el joven comenzaba a brotar una actitud agresiva.
Óscar sin pensarlo mucho frenó el tráiler, haciendo que por lo sorpresivo del alto Kuno se golpeara en el parabrisas, bajó rápidamente del tráiler y corrió hacia la puerta del copiloto, tomó por la espalda al muchacho y lo jaló hacia afuera del tráiler, derribandolo en el suelo de la carretera, la cual lucía desolada, sin ningún otro vehículo. A lo lejos vio cómo de entre la oscuridad podían verse los perros corriendo hacia ellos; por un momento pensó que dejar al chico ahí sería tanto como matarlo, sin embargo intentando quitarse la culpa se dijo a sí mismo que no podría salvarlo, pues aún estaban muy lejos de la ciudad más cercana.
Kuno seguía convulsionando en el suelo, de pronto como si fuese un experimentado acróbata se incorporó de una maroma, quedando de pie y frente a Óscar mirándolo con un gesto agresivo.
El trailero sin pensarlo dos veces le dió una fuerte patada en el estómago, lo que hizo que el joven cayese al suelo, aprovechando el momento para subir a su trailer por la puerta del copiloto y cerrarla rápidamente, después aseguró la otra puerta, en ese instante Kuno subió al cofre del trailer ya convertido totalmente en un animal furiosos que golpeaba el parabrisas; en cuestión de segundos los perros también estaban alrededor del tráiler, pero en esta ocasión no atacaban a Kuno, parecía como si él fuera un animal más de la manada.
Óscar arrancó a toda velocidad, llevándose entre las llantas a algunos de aquellos animales, mientras que Kuno seguía intentando romper el parabrisas. Así avanzó con el chico golpeando el cristal y aunque frenó un par de veces el chico se sujetaba mientras bramaba salvajemente y seguía impactando el tráiler con sus puños, los cuales ya habían logrado estrellar por completo el parabrisas.
A lo lejos en el camino vio unos señalamientos, los cuales reconoció al instante, no alcanzaba a verlos, pero sabía que en ellos se indicaba que ya estaba saliendo de Tierra Colorada. De pronto casi a la altura de aquellos letreros vio cómo se encendían las sirenas de unas patrullas, por lo que imaginó que se trataba de la guardia nacional de caminos, siguió conduciendo el tráiler a toda velocidad para que le ayudarán una vez estuviera cerca de ellos.
Al llegar a donde estaban las patrullas Oscar frenó el tráiler, pero de nueva cuenta Kuno se sujetó con fuerza, logrando desprender el parabrisas, el Trailero gritó pidió ayuda, los policías que para entonces ya tenían sus armas listas para disparar comenzaron las detonaciones sobre Kuno, quien recibió múltiples disparos en todo su cuerpo incluida la cabeza, siendo precisamente este tiro el que logró quitarle la vida, Óscar que se había resguardo en la parte baja del volante para no recibir ningún impacto de bala y bajó del tráiler cuando dejó de escuchar los disparos y pudo oír a los policías diciendo que revisaran el tráiler.
Él descendió diciendo que no dispararan que estaba bien, que no tenía nada, los policías lo miraron y de inmediato apuntaron con sus armas directamente a la cabeza.
Óscar les dijo que no le dispararan que no tenía nada, que ya sabía que ahí había una plaga de animales poseídos, pero que a él no le había infectado, que lo dejarán ir. Uno de los policías le preguntó que qué más sabía, por lo que respondió que no iba a decir nada de lo que pasaba en tierra colorada.
Los policías seguían apuntándole con sus armas, mientras que uno de ellos se acercó a la patrulla y utilizando el radio de la misma pidió apoyó y dijo algunos códigos que el Trailero desconocía; Oscar también escucho cuando por la frecuencia le respondían que ejecutarán el protocolo establecido.
Inmediatamente después se escuchó de nueva cuenta un disparo. El trailero cayó muerto con un tiro en la cabeza, los 4 policías guardaron sus armas al ver que ya no ningún peligro. El que utilizó la frecuencia dijo que en algunos minutos llegarían los responsables y que seguirían el procedimiento correspondiente.
Uno de los agentes dijo que ya tenían mucho tiempo sin ningún incidente como ese, por lo que otro respondió, «cuando menos lo esperas, te encuentras frente a una nueva forma del virus intentando salir de la zona de cuarentena».

El Trailero y los Poseídos – Vídeo Relato

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